El
corazón no olvida – DIA MUNDIAL DEL
ALZHEIMER 2015
Hoy, 21 de septiembre,
se celebra el día mundial del Alzheimer. Es una jornada para reflexionar sobre
la presencia en nuestra sociedad de esta dura enfermedad que en la actualidad
padecen más de 600.000 personas en España y que afecta en torno a 6 millones de
personas, entre familiares, cuidadores e instituciones. Estamos ante uno de los
más importantes y graves retos de los próximos años, tanto desde el punto de
vista humano, como económico, social, sanitario y político.
La enfermedad de
alzhéimer es una enfermedad degenerativa que va destruyendo paulatinamente las
principales capacidades del cerebro, como la memoria y el razonamiento.
Evoluciona por fases y suele alargarse varios años hasta llevar a la persona a
un deterioro severo físico y psíquico profundo.
Junto a las terribles
consecuencias cognitivas que la enfermedad tiene para la persona, se ha
constatado en varias investigaciones que la capacidad de sentir emociones y
experimentar estados de bienestar permanece activa hasta el final. De esta
manera, aunque la persona enferma de alzhéimer no recuerda nombres o hechos,
sobre todo recientes, es capaz de experimentar la alegría, el miedo, la
tristeza, el gozo, la ternura, y tantas otras emociones que conectan el corazón
y el interior de la persona con la vida que le rodea. Queremos desde esta
realidad lanzar un grito, un llamamiento público hoy, día mundial del
alzhéimer, a favor de las personas que padecen esta enfermedad y las que los
cuidan.
Ante cada enfermo de
alzhéimer hemos de recordar en todo momento que el corazón, el aparato
“sintiente” de la persona sigue experimentando emociones; la persona por lo
tanto ante un estímulo externo, ante un gesto, palabra o hecho que le llega del
entorno, va a generar emociones positivas o negativas, se va a conectar de
forma satisfactoria o de rechazo ante lo que le pasa en cada momento. Por lo
tanto, es fundamental y necesario para generar emociones positivas y bienestar
en el enfermo de alzhéimer, como en cualquier otra persona, que como cuidadores
ofrezcamos: una comunicación cercana, serena, dulce y empática; caricias con
las manos y con la palabra; una mirada atenta y acogedora; abrazos intensos; un
paseo dialogado y amistoso; un ambiente en casa alegre, distendido; una sonrisa
agradable y sincera. Estos y otros detalles son “medicina” sin receta y terapia
natural en el acompañamiento a una persona con enfermedad de alzhéimer.
Al cuidador además le
toca asumir una doble tarea, a veces muy complicada, de gestionar las emociones
del enfermo y por otro lado las suyas propias. Ya hemos insistido en que la
capacidad emocional en el enfermo se mantiene muy activa y que por lo tanto es
necesario acoger, validar y ayudar a gestionar las emociones agradables como
las más negativas que experimente el enfermo.
La exigente y a veces
dura labor de acompañamiento genera en los cuidadores un cóctel de emociones
contundentes, algunas de ellas agradables y otras menos beneficiosas. Hay
momentos en la evolución de la enfermedad en que el cuidador se siente
satisfecho y agradecido, experimenta esperanza y alegría por los cuidados y
detalles con el enfermo; en otros momentos es muy posible que viva sumido en la
tristeza, la impotencia, el estrés, la ansiedad, la incertidumbre. En este
sentido, los cuidadores y familiares de enfermos de alzhéimer necesitan un
auto-cuidado especial, que incluye: reconocimiento a su labor, drenaje
emocional, espacios para actividades personales y formación.
Ante una enfermedad tan
dura como el Alzhéimer, queremos hoy reivindicar que el corazón de los enfermos
sigue necesitando afecto, buenas emociones para mantener un buen nivel de vida
y que, a la vez, es necesario cuidar a fondo el corazón “entregado” de los
cuidadores y familiares para que el acompañamiento sea humano y sanador.
ESTE ES EL MENSAJE QUE
DESDE EL CENTRO DE DÍA “VIRGEN DE LAS MARAVILLAS” QUEREMOS TRASLADAR A LA
SOCIEDAD, A LAS FAMILIAS Y A NUESTROS CORAZONES PARA QUE ANTE CADA ENFERMO SE
REALICE LA OBRA DE ARTE QUE SIGNIFICAN UNOS CUIDADOS DE CORAZÓN Y QUE NO PERDAMOS
DE VISTA NUNCA LA DIGNIDAD Y EL VALOR SAGRADO QUE TIENE CADA PERSONA.
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